Decálogo del lector respetable


  1. Si quieres que te respeten como lector, debes estar dispuesto a descalificar algunos de los autores más respetados: te podrán acusar de ignorante, pero nadie negará que eres exigente.
  2. Si no sabes cómo hablar mal de un libro, usa algunas de estas etiquetas, útiles para toda ocasión: “es muy inverosímil”, “está lleno de lugares comunes”, “los personajes parecen de cartón”, “así no habla un lavacarros”, “yo le quitaría trescientas páginas”, “si lees el primer cuento, ya leíste toda la obra”.
  3. Los libros de superación personal no ofrecen consejos prácticos sobre como sobrellevar el escarnio público de confesar que lees libros de superación personal.
  4. Si refieren una gran obra literaria, nunca confieses que no la has leído; tienes muchas opciones: a) decir que la leíste hace muchos años; b) mencionar que te recuerda a otro autor que sí leíste y cambiar la conversación; c) disculparte porque tienes una cita y ya vas tarde.
  5. Cuando escuches que en una obra es más importante “lo que no se dice”, puedes cerrar el libro con la tranquilidad de que estás eligiendo la mejor parte de la obra.
  6. La expresión “estaba leyendo…” tiene su encanto cuando refieres obras menores; para clásicos como “El Quijote”, “Los miserables” o “La Divina Comedia”, la regla es decir “estaba releyendo”.
  7. La técnica más eficaz para exponer un libro en clase, sin leerlo, es pedirle a un lector que te lo platique y extenderte en los detalles más mínimos con comentarios propios o robados. Asegúrate de que tu asesor no haya usado la misma técnica.
  8. Si te has hecho una reputación de lector, sin leer un solo libro, haz ahorrado muchísimo tiempo; pero si no quieres sufrir la vergüenza de la “culta dama”, al menos invierte tres segundos para leer “El dinosaurio”.
  9. Entre literatos, nunca confieses que eres fan de libros, como Crepúsculo, Ghostgirl, Entrevista con el vampiro, El monje que vendió su Ferrari; no importa lo que digan en el momento, se burlarán a tus espaldas.   a) Si preguntan tu opinión sobre uno de estos títulos, di que lo leíste en Sanborn´s, mientras esperabas a una amiga, y expresa enérgicamente lo contrario a tu opinión real: “es una máquina de bostezos”, “no dice nada que no supiera antes de abrirlo”, “que tonto el que compre una playera de él”.
  10. Si te gusta leer solapas y contraportadas, pero no el contenido de los libros; nunca podrás decirte lector, pero, no todo está perdido, puedes ser un crítico literario.



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