Cine que sí cuenta



Distingo dos enfoques entre los mejores directores: los que defienden la autonomía del cine, con respecto a la literatura y consideran la historia un mero pretexto para prodigar recursos audiovisuales; y aquellos que conciben el cine como el arte de contar una historia utilizando los vívidos recursos del séptimo arte. Para la primera lista, pienso en Greenaway, Kurosawa, Godard; en la segunda, destacaría a Charles Chaplin, Woody Allen, Polanski.
            De entre las muchas películas que ha escrito o coescrito, Roman Polanski, una de mis preferidas es, Bitter Moon. Lo que hallo más interesante es que recorre en, poco más de dos horas, todo el espectro de sentimientos y emociones, positivas y negativas, relacionadas con el amor, desde la magia inicial y los primeros destellos de una relación, hasta el aburrimiento, el hastío y la franca brutalidad. No recuerdo otra película que logre esa progresión psicológica y emocional de una manera tan espléndida como esta obra, ejemplo maravilloso de cómo contar una historia con cámaras y micrófonos, de cómo hacer cine literario.

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